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jueves, 18 de octubre de 2007

Rene Gonzalez, Presidente Profesores DC

Leyendo los distintos comentarios, el blog y noticias respecto del congreso ideológico de la DC, no deja de llamarme la atención el que se otorgue el carácter de izquierdista a una serie de acuerdos, entre ellos rechazar el lucro en la educación.

Lo primero que puedo señalar es que este acuerdo no tiene ninguna relación con izquierda o derecha. Es un acuerdo de lata reflexión en el mundo de los profesores DC y ahora recogido con mucha fuerza por la juventud. Sorprendentemente, quienes apoyan el lucro dentro de la DC son aquellos camaradas sostenedores, dueños de muchos colegios y algunos camaradas funcionarios del Mineduc, como también nuestra camarada responsable de la organización del congreso y ex ministra de Educación, Mariana Aylwin. Obviamente que en ese sector hay intereses creados.

Para los DC, el negocio no es una cuestión antagónica a nuestra ideología, pero esta ideología no acepta el lucro que atenta contra la dignidad de la persona; por lo tanto, no permite el negocio en las cosas de Dios, del alma o del amor. Cuando la mercantilización a ultranza de la educación afecta la dignidad de las personas influyendo la calidad, pertinencia y significación humana que tanto rechazamos, la DC debe oponerse a este negocio espurio.

Sería interesante que los periodistas publicaran todo el negociado en la educa- ción, el enriquecimiento de familias sostenedoras, el negocio de las universidades privadas. ¿Cuántos jóvenes en Chile no pueden acceder a la universidad por falta de recursos? Estamos hablando de hijos de familias que ganan 500 o 600 mil pesos mensuales, pero deben pagar 300 mil pesos al mes, más locomoción, alimentación, materiales y todos los elementos de marketing que pasan a ser obligaciones.

No hay bolsillo que resista. No hay ética en los aranceles. El negocio no entiende de ética.

Entonces, cuando la DC acuerda no aprobar el lucro en educación, que es lucrar con platas fiscales y entregando una educación deficiente, entonces la DC no aprueba la sinvergüenzura legalizada por los ideólogos del libre mercado, que terminan negociando hasta su alma. Hay que considerar que Jesús echó a los mercaderes del templo.

El filósofo chileno Humberto Giannini ya escribió sobre el tema del negocio como el "no ocio", pero de un ocio como lo entendían los griegos, para solaz del espíritu. Hay muchas actividades humanas que son para el solaz del espíritu y no pueden ser negociables. La educación para la dignidad humana no es negociable, si el mismo Vaticano también lo ha denunciado y rechazado cuando atenta contra la dignidad humana. El tema no es por lo tanto un acuerdo izquierdizante. Si algunos pretenden introducir la cizaña en el PDC señalando que defender la dignidad humana y no aprobar el lucro es ser de izquierda, sencillamente no lo lograrán. Los DC sabemos exactamente qué terreno ideológico pisamos cuando hablamos de educación y, como en toda familia, hay camaradas que destiñen cuando les tocan sus intereses; pero su posición perdió en este congreso.

Josè Alfaro, Director Comunidad Bicentenario

Es penoso ver este tipo de debate, después de asistir al V congreso ideológico del partido Demócrata Cristiano, donde se concensuaron propuestas combinando nuestra doctrina e ideas de todos los sectores. Todo esto produce un programa vanguardista, que puede ser comparado con el mismo desafío de la revolución en libertad.

Pero el gran problema de los últimos años en nuestro partido se repite más que nunca, camaradas. Durante el congreso la "barra brava", como quieren llamar a los jóvenes que cantaron la canción nacional, pidieron unidad interna y avivaron los corazones falajistas, se les quiere desperfilar como "populistas y demagogos".

Me parece que falta información necesaria para opinar. Algunos pensamos que el grave decaimiento del partido en estos últimos 10 años, se debe a la decadencia moral, y el día sábado lo confirmamos. Cuando vemos a sostenedores, no militantes, dentro de la comisión de educación redactando el documento final de la mesa de trabajo, nos damos cuenta que debemos tomar esta bandera y defenderla hasta el final. No solo porque creemos que el lucro en la educación, no aporta en el tema de la calidad de enseñanza, si no porque vemos que el interés del bien común, quiere ser sobre pasado por un par de sostenedores que lo único que les interesa, es lucrar con la necesidad y la esperanza de las familias, que quieren un mayor bienestar para sus hijos.

No nos esconderemos, dimos la cara el sábado y la daremos siempre. Porque no tememos a decir la verdad, no tememos perder elecciones y a acatar decisiones internas del partido, es por esto que los llamo a cuidar su lenguaje, porque esta forma de hacer política no le afecta solo al partido, sino que a la política en general.

Por otro lado, es verdad que algunos camaradas pifiaron, a una de las organizadoras del congreso, Mariana Aylwin. Y creo que la mayoría de nuestros camaradas, entendió el día sábado, que este acto no se podía repetir, no solo por respeto a ella, si no por el bienestar de nuestro partido. Yo fui uno se esos jóvenes, que se arrepintió como un buen cristiano.

Por último camaradas, lo que no se entiende es que el acuerdo del lucro sea tan debatido. El congreso ya tomó su resolución y es soberano, por eso lo único que nos queda a los que sentimos la flecha roja en el corazón, es llevar a cabo el programa de propuesta, ya que "roma locuta, causa finita"(roma habló, la disputa se acabó).

Andres Palma, diario el mercurio

Una de las resoluciones polémicas del congreso ideológico DC surgió de la comisión que debatió el tema de la pobreza y fue en los siguientes términos:

"A pesar de la reducción de la pobreza sigue habiendo desigualdad y es por ello que debemos examinar el modelo económico como parte de ella. Entendemos la economía de libre mercado como causante de la pobreza y la desigualdad".

El párrafo corresponde a las conclusiones que elaboró quien presidió la comisión, el ex diputado y ex ministro de Planificación, Andrés Palma, cuando todavía no se dispone de la versión definitiva del informe de dicho grupo de trabajo.

El actual director de políticas públicas de Flacso, ratificó y explicó ayer el alcance del informe. Dijo que el término "libre mercado" es la clave de la definición y se contrapone con la expresión "economía social de mercado", que es la que impulsaría el partido tras el congreso y la que ha defendido públicamente su presidenta, Soledad Alvear.

"No es el mercado lo que se cuestiona. No es la asignación de recursos por el mercado sino un mercado que es desigual en su esencia; que genera desigualdades, concentración económica y, por ende, pobreza. Por tanto, no puede dejarse actuar como libre mercado", aseveró.

Dijo que lo que su comisión reafirmó es que "la economía de laissez faire ('dejar hacer') no está en concordancia con los planteamientos de la DC". Con estas definiciones -sigue- la DC mantendría la esencia de sus postulados históricos, pero que lo más significativo sería la acuñación del término "Estado social de derecho", como ideal.

Éste implicaría que si bien la economía es de mercado, el Estado debe regular ciertos procesos y ser garante de mínimos derechos sociales exigibles, como una justa previsión social, salud y educación de calidad.

"Yo no sé si eso es izquierda. Es algo que está propuesto por el Banco Mundial y por la OEA, que no son instituciones de izquierda. Y en el Plan Auge. Ahora, si uno dice que el Auge es de izquierda, enhorabuena, seamos todos de izquierda", sentencia.

El ex diputado acusó que la derecha, cada vez que se plantea perfeccionar el mercado brindando garantías mínimas, siente que se afectan sus intereses y por eso hoy reacciona denunciando "izquierdización".

Desestimó además que -según dice el bloque PS-PPD- la DC haya sintonizado su discurso con la izquierda. "Ellos cambiaron el suyo para parecerse al nuestro y correrse a un planteamiento nacional y popular".

En tanto, el secretario ejecutivo del congreso ideológico DC, Andrés Jouannet, dijo que hoy Chile no estaba ni en una economía de libre mercado ni en una social, sino más bien en una suerte de transición, para la que aún se requerían reformas.

"Un trago vomitivo"

Al comentar los acuerdos del congreso de la DC, el presidente de la UDI, senador Hernán Larraín, señaló que ese partido "es una Coca-Cola tibia y sin gas, y no puede haber nada peor, porque perdió el alma, el sentido, el cuerpo, que es lo que hace tomársela. Es la marca más poderosa del mundo, pero si la tomas tibia y sin gas, realmente es un trago vomitivo".

Por su parte, los senadores Andrés Allamand (RN) y Andrés Chadwick (UDI) expresaron que el rechazo del lucro en educación aprobado por el congreso DC "compromete el trabajo" que se estaba haciendo en la comisión político-técnica para concordar una ley general de educación.

La "nueva ideología" de la Democracia Cristiana
El partido de Soledad Alvear promueve el Estado democrático y social de derecho y la economía social de mercado.

El quinto congreso nacional de la Democracia Cristiana -al decir de su vicepresidente Eduardo Abedrapo- pretendía "fijar la mirada de la DC en un horizonte de veinte años" y para ello actualizó sus definiciones ideológicas y programáticas, aunque sin alterar la doctrina ni la declaración de principios que data de 1957.

Abedrapo, a cargo del trabajo de sistematización de las resoluciones, asegura que todos los aspectos que se aprobaron en el congreso lo fueron por unanimidad y la única votación que se produjo en el plenario fue la del aborto terapéutico, pero sólo porque ese tópico fue abordado por cuatro comisiones temáticas y había algunas definiciones que no eran armónicas. En todo caso, el aborto fue rechazado.

El producto de las 34 comisiones de discusión se recogerá en un documento que será elaborado por una comisión ad hoc, que trabajará en ello las próximas semanas.

En lo grueso, la DC sancionó en su congreso un conjunto de importantes reformas en el plano político-institucional y en el económico-social.

En primer lugar, los democratacristianos asumen el principio del Estado social y democrático de derecho, que a juicio de Abedrapo se trata de la conceptualización más moderna del Estado a partir de la evolución de las democracias europeas. Esto significa un Estado que no sólo se preocupa del buen funcionamiento de las instituciones políticas, sino que también de garantizar prestaciones sociales mínimas para todos los ciudadanos.

En lo propiamente político, la DC postula una nueva constitución y un renovado régimen de gobierno, básicamente en la dirección de un sistema semipresidencial. En ese marco, se promueve el fin del sistema electoral binominal y la modificación de los quórums para reformar la Carta Fundamental.

También se preconiza la creación de un consejo económico-social, de carácter consultivo, que institucionalice el diálogo entre las organizaciones sociales y los cuerpos intermedios de la sociedad.

La DC acordó una radical reformulación del Parlamento, estableciendo un congreso unicameral que vaya acompañado de mecanismos para hacer más eficiente el proceso legislativo y fiscalizador, incluyendo la rendición de cuentas como obligación institucional.

En similar dirección se plantea un Estado descentralizado, con la elección democrática de los gobiernos regionales (dotados de presupuestos y facultades reales) y la creación de autoridades metropolitanas o alcaldías mayores, también con origen en el sufragio directo.

En materia de participación electoral, la DC promueve la inscripción automática (con la posibilidad de desafiliarse de los registros) y el voto obligatorio, además de elecciones primarias universales y simultáneas para que los partidos elijan sus candidatos.

Se postula, asimismo, un límite a la reelección de los cargos de representación popular.

En lo económico-social, la DC propicia una economía social de mercado y un Estado que regule el buen y correcto funcionamiento de los mercados, que provea bienes y servicios que la sociedad le demande y que articule la cooperación público-privada para el fomento del desarrollo productivo y exportador y apoye la innovación tecnológica. Junto con criticar la concentración económica, se subraya que debe haber políticas estatales para regular los mercados a fin de hacerlos más eficientes y transparentes en su funcionamiento.

En materia internacional, la DC promueve una política vecinal más activa y en ese marco manifiesta "su disposición para avanzar hacia el perfeccionamiento del acceso al mar de Bolivia de manera mutuamente satisfactoria".

En otros ámbitos, postula la creación de un ministerio de la familia y asuntos sociales.